Estas son esculturas sobre la transmutación del valor simbólico de los objetos. Muestran que en un objeto tanto en su valor gráfico, económico como simbólico resulta siempre relativo.
La modificación de su estructura parte de un acto: tapizar los recipientes, llamados Crisoles, que son usados para la fundición de ciertos metales, como los son el oro y la plata, con papel moneda de billetes mexicanos de distintas denominaciones. Los materiales, como el barro, ese material refractario, el maíz del adhesivo y el papel, se relacionan íntimamente para despojar la funcionalidad de cada objeto y hacer referencia a las esculturas que han estado presentes en diferentes culturas precolombinas.

Realizada con papel de pasaporte mexicano y papel moneda de un peso de pasaporte mexicano el trabajo de Christian Becerra utiliza este valor simbólico como la materia prima de su propuesta gráfica. En esta exposición reflexiona acerca de los territorios geopolíticos, la vida migratoria, esas calamidades con las que se confronta el ser que se va. Propone un acercamiento a una visión cruel que se debe cuestionar, a la estética del pasaporte y documentos de identidad nacional, metáforas a la vez de acceso y de encierro de los ciudadanos, una representación ficcional de lo que hace posible, o simula, la pertenencia a
una sociedad: ser aceptados como inversores, turistas o mercancías desarraigadas.

El trabajo de Christian Becerra utiliza este valor simbólico como la materia prima de su propuesta gráfica. En esta exposición reflexiona acerca de los territorios geopolíticos, la vida migratoria, esas calamidades con las que se confronta el ser que se va. Propone un acercamiento a una visión cruel que se debe cuestionar, a la estética del pasaporte y documentos de identidad nacional, metáforas a la vez de acceso y de encierro de los ciudadanos, una representación ficcional de lo que hace posible, o simula, la pertenencia a
una sociedad: ser aceptados como inversores, turistas o mercancías desarraigadas.